El trabajo híbrido se ha convertido en una solución flexible y eficiente para muchas empresas, permitiendo a las personas trabajadoras alternar entre el modelo presencial y el remoto.
Esta flexibilidad mejora la productividad y satisfacción del equipo, pero también introduce nuevos retos en la gestión de la seguridad.
A medida que las personas que forman parte de la empresa acceden a datos corporativos desde ubicaciones y dispositivos diversos, los riesgos de filtraciones, ataques cibernéticos y brechas de seguridad aumentan.
Las organizaciones deben, por tanto, fortalecer sus estrategias de protección para adaptarse a este nuevo entorno.
La capacidad de trabajar desde cualquier lugar es, sin duda, una ventaja competitiva, pero solo si está acompañada por un enfoque sólido y proactivo en la seguridad de la información.
Sin las medidas adecuadas, las organizaciones pueden enfrentar interrupciones críticas, daños reputacionales y pérdidas financieras.
Por lo tanto, garantizar que cada acceso, cada dispositivo y cada usuario están protegidos es esencial para mantener la integridad de los sistemas y datos.
Y es que en entornos de trabajo híbrido, uno de los principales retos es garantizar la seguridad sin perder de vista la flexibilidad.
Al acceder desde ubicaciones externas, los sistemas corporativos están expuestos a mayores riesgos de accesos no autorizados.
Además, el uso de dispositivos personales que no cuentan con medidas de protección adecuadas, incrementa estas vulnerabilidades.
Por otro lado, mantener una visibilidad completa sobre quién accede a la red desde varios puntos es una tarea compleja.
Soluciones para mejorar el trabajo en entornos híbridos
Autenticación multifactor (MFA)
La MFA se ha convertido en una de las barreras más sólidas contra accesos no autorizados.
Requiere que el usuario proporcione dos o más formas de verificación para acceder a sistemas y datos.
Este segundo factor puede ser algo que el usuario posee, como un código en su móvil, algo que es, como el reconocimiento facial, o algo que conoce, como una contraseña adicional.
La clave de su éxito radica en su capacidad para frenar la ciberdelincuencia, ya que, aunque se consiga una contraseña, la segunda capa impide el avance sin tener otro factor de verificación.
Esto es especialmente crítico en entornos híbridos, donde las conexiones se realizan desde redes menos seguras, como los domicilios particulares o espacios públicos.
Redes Privadas Virtuales (VPN)
Las VPN permiten que los equipos de trabajo se conecten de manera segura a la red de la empresa desde cualquier lugar del mundo. Estas redes crean un “túnel” encriptado que protege todos los datos transmitidos entre el dispositivo utilizado y los servidores corporativos, evitando que los ciberdelincuentes intercepten la información.
Esto es esencial en el trabajo híbrido, ya que los empleados pueden utilizar redes públicas o privadas sin saber si están seguras.
Además, permiten que las empresas configuren el acceso de manera controlada, autorizando solo a los usuarios con la VPN activa para que puedan interactuar con sistemas y aplicaciones sensibles.
Una VPN eficiente protege tanto la confidencialidad de los datos como la integridad de la comunicación.
Enfoque Zero Trust
El modelo de Zero Trust es revolucionario en el sentido de que no confía en nada ni en nadie, ni siquiera si está dentro de la red corporativa. Este enfoque parte de la premisa de que cualquier intento de acceso puede ser malicioso, por lo que se debe verificar constantemente.
En lugar de otorgar acceso global tras un único inicio de sesión, se exige una validación continua y estricta de cada solicitud de acceso, lo que reduce significativamente el riesgo de ataques tanto internos como externos.
En los entornos que tratamos en este post, en los que todas las personas trabajadoras pueden acceder a aplicaciones desde distintos dispositivos y redes, el Zero Trust es clave para garantizar que solo usuarios autorizados puedan acceder a los recursos empresariales, verificando cada intento en tiempo real.
Y todo esto, sin menoscabo del resto de usuarios de la red, ya que, aunque un área se vea comprometida, el resto siguen protegidas gracias a la segmentación de la red que se produce.
Gestión de Dispositivos Móviles (MDM)
El uso de dispositivos móviles en entornos laborales es una tendencia en auge, y con ello surge la necesidad de gestionarlos y protegerlos, ya que pueden ser una puerta de entrada para amenazas si no esto no se lleva a cabo de forma adecuada.
La MDM permite a las empresas controlar qué dispositivos tienen acceso a su red y aplicar configuraciones de seguridad como la instalación de actualizaciones automáticas, la aplicación de políticas de uso y la encriptación de datos.
Si un dispositivo se pierde o es robado, la MDM permite bloquearlo o borrar sus datos de forma remota para evitar cualquier filtración.
En un entorno de trabajo híbrido, donde las personas pueden usar sus propios dispositivos o trabajar desde distintas ubicaciones, esta solución asegura que la empresa mantenga el control sobre cómo y desde dónde se accede a la información confidencial, sin importar la ubicación física del empleado.
Asimismo también facilita la identificación de comportamientos sospechosos en tiempo real, como intentos de acceder a recursos desde dispositivos no autorizados, alertando a los equipos de IT para que puedan tomar medidas inmediatas.
Cultura en Ciberseguridad
El uso seguro de redes públicas, la protección en espacios de co-working y la seguridad física de los dispositivos son esenciales en una estrategia de ciberseguridad para el trabajo híbrido, especialmente cuando se trabaja fuera de la oficina.
Es recomendable evitar conectarse a redes Wi-Fi públicas siempre que sea posible. Si es necesario, se debe utilizar una VPN para cifrar el tráfico y proteger los datos. También es importante desactivar la conexión automática a redes abiertas y asegurarse de acceder solo a sitios seguros mediante HTTPS. Siempre que sea viable, optar por usar datos móviles o un hotspot personal en lugar de redes Wi-Fi públicas es una opción más segura.
En espacios de co-working, nunca se deben dejar los dispositivos desatendidos. Es conveniente usar candados de seguridad y guardar los dispositivos en lugares protegidos. Para proteger la privacidad de la pantalla, se recomienda utilizar filtros de privacidad para evitar miradas curiosas. También es importante activar el bloqueo automático de los dispositivos y cerrar sesión en las aplicaciones cuando no se estén utilizando. Además, es recomendable utilizar una VPN para asegurar las comunicaciones, incluso en redes Wi-Fi cifradas de estos espacios de trabajo compartidos.
Por último, para la seguridad física de los dispositivos, es esencial usar candados físicos y guardar los dispositivos en mochilas o maletines antirrobo cuando no se estén usando. Activar el cifrado de disco completo (como BitLocker o FileVault) es crucial para proteger la información en caso de pérdida o robo. También es recomendable utilizar métodos de autenticación biométrica (como huella digital o reconocimiento facial) para reforzar la seguridad. Finalmente, realizar copias de seguridad periódicas ayudará a evitar la pérdida de datos importantes.
En Enxenio entendemos que cada empresa tiene sus propios retos y necesidades de seguridad, especialmente en entornos de trabajo híbrido. Nuestro enfoque no es ofrecer soluciones genéricas, sino diseñar estrategias personalizadas a la infraestructura de cada compañía así como a la naturaleza de su negocio.
Implementamos herramientas como MFA, VPN, Zero Trust, y MDM, así como también aseguramos que las organizaciones puedan desarrollar su actividad con total flexibilidad sin comprometer la protección de sus datos ni la integridad de su infraestructura IT.
Nuestro objetivo es que continúen siendo eficientes y seguras, sin importar desde donde trabajen sus equipos.
Así, nos convertimos en el socio estratégico en el acompañamiento de la implementación de soluciones de ciberseguridad sólidas y escalables.